viernes, 26 de julio de 2013

Mi muy amada Familia REV el mejor día para ustedes, el propósito de seguir hablando toda la semana sobre el tema que Dios nos ministro el domingo es para reforzar la palabra y que toda la semana meditemos en ella. Y hablando sobre el Fruto del Espíritu que es PAZ decíamos que que la Paz es producto de una comunión con Dios. La Paz es una palabra bella, ¿verdad que sí? Jesús dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Jun. 14:27). Jesús nos dio su paz. Primera Corintios 7:15 dice: “Sino que a paz nos llamó Dios”. Filipenses 4:7 dice que dejemos que la paz de Dios reine en nuestros corazones. Segunda de Corintios 13:11 dice: “Vivid en paz”. Primera de Tesalonicenses 5:13 dice: “Tened paz entre vosotros”.

Mientras que el gozo es una decisión que se refleja en el exterior, la paz solo se tiene cuando hemos entendido nuestra identidad espiritual de hijos de Dios para siempre manifestado a nosotros gracias a su justificación otorgada solo por La Gracia redentora de nuestro Señor Jesucristo. Usted jamás podrá vive en paz mientras no entienda que por medio del sacrifico de Jesús usted ha sido reconciliado con Dios. Cuando hemos sido alumbrados con este hermoso evangelio de la Gracia, caminamos y vivimos en el régimen del Espíritu, esto nos produce abundante y perfecta paz. Y nunca permitiremos que alguien o algo nos priven de su paz.

Este domingo la Familia REV hemos tomado la decisión de cultivar una actitud de paz, de descanso y confianza en Dios. No hay razón para dejarnos perturbar. Pablo dijo: “Por nada estéis afanosos” y que permitamos que la paz de Dios reine en nuestros corazones (Fol. 4:6-7). Todos experimentamos pruebas que nos causan ansiedad, circunstancias que muchas veces nos hacen actuar en carne, pero, no obstante hemos decidido tener una actitud de paz.

Uno de los factores que detiene el avance de la iglesia y que ha sido la causa del porque muchos grupos han cerrado su puertas o le produce vivir divididos en murmuraciones chisme y contiendas que son manifestaciones de las obras de la carne, es por no haber aprendido a vivir en unidad y disponerse a ser pacificadores. En Mateo 5:9 nuestro Señor dice: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”. Los cristianos debemos ser pacificadores. Usted no podría hacer nada más maravilloso por el reino de Dios y la iglesia de Cristo Jesús que el ser un pacificador. La naturaleza humana tiende al conflicto. Job dijo: “Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la aflicción” (5:7). Las personas continuamente experimentan conflictos de personalidad. No obstante, estamos llamados a ser pacificadores. Somos llamados a suavizar los conflictos, no a fomentarlos. A veces un problema insignificante lo hacemos explotar en algo desproporcionado y se convierte en una marea destructora. Los seres humanos están más inclinados a incrementar las dificultades que a hacer la paz.

Dígase a sí mismo: “Estoy en paz, Dios está en control y yo seré un pacificador”. Cada vez que estemos en conflicto, seamos pacificadores. Cuando veamos a dos personas metidas en un conflicto, ayudemos a abrazarse la una a la otra en paz. Nunca nos pongamos del lado de ninguno. Procuremos encontrar lo bueno en cada persona en vez de enfocarnos en lo negativo. Cultivemos buenas relaciones, empezando con nuestra propia familia. Si sabemos que decir ciertas cosas va a causar irritación a alguien, no las digamos. Dios me ha enseñado que a veces cuando siento que estoy en lo correcto acerca de algo y alguien piensa que estoy equivocado, no me pongo a reafirmar que yo tengo la razón porque no quiero perturbar la paz entre nosotros. No voy a comprometer mis convicciones, pero tampoco voy a defender innecesariamente mis derechos. La paz es más importante que el salirme con la mía. Sin embargo, si alguien niega la verdad de Dios, con amor y proceder lucharé por lo que es la verdad entendiendo que el velo solo por Cristo es quitado. No obstante, con los de la familia de Dios tenemos que ser pacificadores.

  Familia REV, cuán sencilla sería la vida si todos fuéramos pacificadores! De cuantos problemas nos evitaríamos, cuantos incendios apagaríamos. El apóstol Pablo le dejaba una instrucción a la iglesia en romanos 12:18 "Hagan todo lo posible por vivir en paz con todos". Sé que humanamente esto pudiera sonar imposible, bueno, en estos días Dios mismo me ha enseñado que si es posible con la ayuda, fortaleza y guianza del Espíritu Santo.

Ánimo Familia recuerden nuestra meta: Hasta Que Cristo Sea Formado En Nosotros.
Bendecidos con toda bendicion.

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