Resurgiendo en Victoria como congregación, agrupación y equipo de trabajo en el ministerio de alabanza, creemos en que teniendo claro nuestro llamado conforme a la palabra de Gracia en el nuevo pacto, somos todos, como cuerpo de Cristo reconocidos ministros al Padre, tabernáculo suyo, adorando con nuestro espíritu y en verdad, esto es, lejos de ordenanzas del viejo pacto que eran tan solo símbolo de lo que habría de venir, nosotros, el nuevo pacto, sus adoradores en espíritu y verdad, y llevamos en alto, al lado de la congregación de los santos y justificados, su nombre, adorándolo por el simple hecho de que ÉL es Dios, sabiendo que como profetizó, habríamos de venir, siendo necesario que adoráramos.
San Juan 4:21Y hoy clamamos a EL...
¡Abba Padre, Señor Nuestro, por Siempre!
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