viernes, 26 de julio de 2013

El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz...." -Gálatas 5:22 Familia REV el mejor inicio de semana, viviendo en una nueva dimensión espiritual a la cual Dios nos esta llevando siendo formado en nosotros con poder.

  El dia de ayer vivimos una reunión maravillosa donde el Espíritu Santo nos enseñaba que cuando hemos entendido su AMOR derramado en nosotros podemos tomar la decisión de vivir en plenitud de GOZO y esto nos fortalecerá para vivir en PAZ en medio de toda circunstancia, aprendimos que la paz del mundo es ausencia de problemas, de conflictos, de aflicciones de lo que sucede en el exterior. En cambio, la paz que viene de Dios es una paz interna, una paz del corazón; un estado del alma que no depende de las circunstancias. Es una paz que permanece en medio de los hostigamientos y de la guerra que nos hace el enemigo. La paz de Dios que nos dejó Jesús (Jn 14.27), tan diferente a la del mundo, viene de haber sido reconciliados con Él por medio de su sangre, viene de tener paz con Dios al haber sido justificados por la fe, como dice Pablo en Romanos (5.1).

Si no estamos en paz con Dios es imposible tener esa paz. Pero si lo estamos, tendremos esa paz que viene de Él que sobrepasa todo entendimiento, porque no obedece a ninguna lógica humana, y que poseemos cuando ponemos nuestras necesidades y afanes en sus manos: (Fil 4.67).

Es una paz que procede de la seguridad de que Jesús está con nosotros (Mt 28.20). Es la paz que nada altera cuando estamos firmemente anclados en Dios; cuando Él gobierna nuestros corazones y estamos llenos de amor y gozo (Col 3:14-15). Es la paz de la limpia conciencia, sin reproche que nos permite dormir sin temor cuando nos acostamos sabiendo que Él guarda a los suyos (Sal 4...

Pero es también una paz que influye en nuestro entorno y en nuestras relaciones humanas, como dice Proverbios: «Cuando los caminos del hombre son agradables al Señor, aun a sus enemigos hace estar en paz con él» (16.7). Es la paz de los pacificadores a los que Jesús llama bienaventurados porque serán llamados hijos de Dios (Mt 5.9).

Llegábamos a la conclusión que debemos reconocer que nosotros no podemos producir paz, sino que es el Espíritu Santo el que la produce en nosotros. Ante esto es urgente mantener comunión íntima con Él para poder tener su paz cada día.

Yo recibo que esta semana que inicia vivamos y ejercitemos nuestros sentidos accionando en amor, expresando nuestro gozo ante cualquier circunstancia y esto nos llevara a vivir una vida de paz sabiendo que nuestra vida está segura, confiada en sus manos.

Familia REV recibo que esta semana Filipenses 4:7 se hace una realidad en nuestra vida "Y la PAZ de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Bendecidos con toda bendicion

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