viernes, 26 de julio de 2013

“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” Filipenses 4:4
Continuando hablando sobre el fruto del Espíritu que es Gozo, el domingo aprendíamos que ser humano es un continuo buscador de felicidad. Las personas buscan estar contentas, y disfrutar los días de su vida pero lamentablemente, nos sucede a diario que debemos enfrentar momentos feos, tristes o incómodos. Y en una situación favorable, exitosa o triunfante, es fácil estar alegre pero cuando las cosas no salen como las teníamos planeadas o quisiéramos ¿cómo es que puede uno regocijarse? Cómo puede esto ser congruente ¿no cree usted esto?

Sabe una cosa que cuando uno lee el pasaje bíblico antes mencionado, pareciera que Pablo no tenía ningún problema cuando les pide (o casi exige) a los filipenses que estén gozosos. Porque es fácil hacer un pedido así desde una playa caribeña, tomando una piña colada. Pero no era la situación de Pablo. Este hombre de Dios escribe estas líneas estando en una oscura, sucia y solitaria cárcel, entre ratas y estiércol, golpeado, adolorido y sin certidumbre sobre su futuro. No la estaba pasando nada bien. Y sus circunstancias eran muy tristes y dolorosas. Sin embargo este ejemplo de hombre, nos pide que nos regocijemos. Y marca una enorme diferencia entre la alegría y el gozo. En lugar de quejarse por lo que falta o lo que no tiene, Pablo confiaba plenamente en Dios. Y podía estar seguro que sus promesas se cumplen siempre y en 1 Tesalonicenses 5:16 dice: ESTAD SIEMPRE GOZOSOS.

  Una situación que no podemos negar es que la mente nos lleva muchas veces a conclusiones no necesariamente correctas, los sentimientos muchas veces nos llevan a decisiones no correctas, es por eso que cualquier situación que nos pase en el día puede transformar nuestra alegría en amargura.

  Mis amigos hemos venido aprendiendo que la alegría es una emoción básica que no podemos controlar en la mayoría de los casos por eso es siempre circunstancial y a decir verdad en la vida de los creyentes no es muy distinto. Los sentimientos pasajeros desaparecen, dejando detrás una gran desazón. Es por ello que vemos tantos cristianos que sus estados de ánimo son tan fluctuantes, que cualquier cosa los desanima o les altera su día y esto es muy peligroso. Discúlpenme pero yo los llamo "creyentes bipolares" porque en segundos se transforman. Puedes verlos gozosos, hablando maravillas de su familia, trabajo, amigos, iglesia, pastor y en segundos se encuentran criticando y murmurando lo que antes alababan.

  Santiago 1:8 dice: "El hombre De doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

  ¿Por qué sucede esto? bueno porque ellos viven una vida de solo alegría y no han entendido que el gozo es diferente. No han entendido que el gozo es algo que no proviene de un mero sentimiento, es Fruto del Espíritu. No han entendido que el gozo es aquella profunda alegría espiritual que solo el Espíritu Santo infunde en los corazones de quienes poseen una relación profunda con Dios, de quienes se alimentan con su palabra, de quienes viven en comunión aún con el resto de la familia de la fe, porque los miembros del cuerpo se nutren unos a otros.

Familia REV recibo que esta semana aprendemos a activar el fruto del Espíritu en gozo y que este nos lleva a una vida espiritual sólida, firme, que no somos llevados por ninguna circunstancia negativa hasta que Cristo sea formado en nosotros. Bendecido con toda bendicion 

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